sábado, 14 de noviembre de 2009

Más vale tarde que nunca

14 de Noviembre
Cuando aún no lograba mi libertad


117.- Últimamente me cuesta mucho poder dormirme, sólo logro hacerlo a eso de las cuatro de la mañana. Al otro día no estoy cansada, pero aun así, siento que algo me falta.

118.- Con cada día que pasa falta menos para mi cumpleaños y aunque no quiero que llegue, no puedo dejar de hablar sobre aquel día que se acerca.

119.- Otra cosa que no quiero aceptar es que estoy evitando a ciertas personas.



120.- La semana pasada, en la 29° Feria internacional del Libro en Chile, compre: “Un grito de amor desde el centro de la Tierra”, de Kyoichi Katayama (es un best seller japonés que me ha encantado y conmovido enormemente). Mientras que esta semana, compre mi primer manga (leo mucho manga pero nunca había comprado, ya que suelo bajarlos por Internet), el cual fue el Tomo dos de “Nana”, verdadera obra maestra de Ai yazawa, una de mis artistas favoritas.

121.- Hablando de artistas favoritos, a los cuales también considero mis influencias, están: Ai Yazawa, Sahara Mizu, Shiina Karuho, Maki Usami, Motomi Kyousuke, Tim Burton, Makoto Shinkai… por mencionar a los que más me gustan y que cada vez que sale algo nuevo de ellos me emociono desde lo más profundo de mi corazón, al punto de sonreir constantemente.

122.- MOTOMI Kyousuke he de reconocer que es mi nuevo amor platónico, a pesar de que no tengo la menor idea de cómo es físicamente.

123.- Ya me entere sobre cuál es mi regalo de cumpleaños, así que cuando llegue el día deberé poner una cara de sorpresa, no me costara, ya que es algo que realmente me gusta y que, la verdad, no me lo esperaba (es el DVD de la película de Pixar: UP).

124.- Justo ahora estaba escuchando una melodía con violines… me gustaría conocer a alguien que sepa tocar de forma profesional y única alguno de estos instrumentos que tanto me gustan.

125.- Me doy cuenta de que estoy enamorada de un ideal imposible. Sé que pido demasiado, pero a final de cuentas, soñar es gratis.

126.- En una de mis caminatas, en las que suelo perderme por mi ciudad, encontré un viejo y señorial edificio. A pesar de ello, este estaba acondicionado para funcionar como un complejo de departamentos… no pude evitarlo y entre en él. Subí algunos pisos, hasta que me di cuenta del eco producido por mis propios pasos, eso me asustó y termine saliendo lo más rápido que pude de ahí, aun así, me gustó mucho.

127.- El otro día, mientras caminaba y veía el cielo, un hombre grande y lleno de tatuajes me entregó una tarjeta de presentación perteneciente a un centro de tatoo. El hecho de que, entre toda la gente que caminaba junto a mí, el hombre sólo me entregara la tarjeta a mí, me hizo preguntarme si yo me veía como alguien de ese estilo (de todos modos, no me quejo, ya que uno de mis deseos es hacerme un tatuaje).

128.- Creo que los detalles más simples del mundo son los que más me hacen sonreír

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